lunes, 26 de marzo de 2012

Dí lo que quieras de Lana del Rey pero... Espera, no, cállate la boca.

De qué manera tan conciliadora empiezo mi primer post aquí, madre mía.

Ahora en serio, a estas alturas millones de personas lo han dado todo con Lana...y aproximadamente 700000 les han querido echar un cubo de agua encima porque aparentemente o no es lo bastante guay, o se hace la guay demasiado.

Para los modernos es una Russian Red de pacotilla que intenta propulsar sus maullidos con samplers pegadizos. Para los que son más de 40 principales, es una moderna de mierda. Dios nos libre de intentar emborronar las lineas entre un estilo y otro. O entre una categoría social y otra, ya que estamos.

Pero si cogemos Born To Die y lo escuchamos (sin pararnos a pensar en qué nos convierte escucharlo) nos encontramos con temas pegadizos, apacibles y con un toque hipnótico. El uso del sampler no hace las canciones pesadas, ni invasivas, no las llena de electro. Tienen un ritmo tranquilo que sin embargo no aburre ni nos ralentiza las pulsaciones. Una nota aparte para quien la valora comparándola con Russian Red: he ido a un concierto de Russian Red, y a pesar de que su música me gusta, quise teletransportarme a mi casa desde la segunda canción. No he disfrutado la hora y media de pie enfrente al escenario mirándola posar como una muñeca de porcelana. No volvería a ir a otro concierto y no porque no se le de bien el directo, sencillamente es que la escucho más cómoda en casa. Sin embargo, lo daría todo en un concierto de Lana. Tiene el balance justo entre el lamento de crooner femenina y el toque vano y poco problemático de la música más comercial.

Y en cuanto a las letras, es cierto que no hay que saber física cuántica para entenderlas, pero en fin, no creo que haga falta que diga que no necesitas que una canción sea una metáfora con patas para que te conmueva. Lana me comenta en Off To The Races (mi canción favorita) que está liada con un tío que es mala gente y seguramente cocainómano, pero no se por qué no me saca tanto de quicio como Britney con sus mommy issues gritando que está enamorada de un criminal (que alguien tire ese caramillo por el retrete, por Dios).

En resumen, Born To Die es un album bastante cuadrado, no he saltado muchas canciones escuchándolo, y no he tenido la sensación de que sólo dos temas merecen la pena.

Además sale nadando con cocodrilos en uno de sus videoclips, no se qué más quiere la gente.